
Creíamos que los astronautas de las misiones Apolo dejaron la Tierra. En realidad, no abandonaron del todo la atmósfera
La idea de que el espacio comienza donde el cielo deja de ser azul es un cuento para niños. Décadas de investigación científica demuestran que la atmósfera terrestre es mucho más grande de lo que se creía. Ni siquiera las 12 personas que pisaron la Luna abandonaron del todo su influencia.
Dónde termina la Tierra. Como explica el experto en heliofísica de la NASA, Doug Rowland, no hay una frontera clara. «La atmósfera no se detiene en el Everest, ni donde vuelan los aviones. Sigue y sigue, volviéndose cada vez menos densa a medida que subes».
La Estación Espacial Internacional, que orbita nuestro planeta a unos 400 kilómetros de altura, experimenta suficiente resistencia del aire para necesitar un impulso periódico. De lo contrario, caería de vuelta a la Tierra. Pero la verdadera sorpresa llegó tras décadas de observaciones de SOHO (Solar and Heliospheric Observatory), una misión conjunta de la ESA y la NASA.
Hasta la Luna y más allá. Un estudio basado en datos del observatorio SOHO reveló que la capa más externa de nuestra atmósfera, una tenue nube de átomos de hidrógeno llamada geocorona, se extiende hasta 630.000 kilómetros, casi el doble de la distancia de la Tierra a la Luna.
Cuando los astronautas de la misión Apolo 16 instalaron el primer telescopio en la Luna en 1972, capturaron una imagen de la geocorona brillando en luz ultravioleta. Lo que no sabían era que seguían dentro de ella. En palabras de Igor Baliukin, autor principal del estudio: «La Luna vuela atravesando la atmósfera de la Tierra».
Oxígeno en la Luna. La presencia de la Tierra en la Luna no se limita al hidrógeno. También llega oxígeno terrestre a nuestro satélite. Ocurre durante unos cinco días al mes, cuando la Luna pasa a través de la magnetocola de la Tierra, la cola magnética de nuestro planeta.
Cada vez que ocurre, los iones de oxígeno son acelerados hacia el satélite y quedan incrustados en el suelo lunar. Los investigadores creen que este proceso lleva ocurriendo 2.400 millones de años, lo que significa que el regolito lunar podría conservar un registro de la evolución de nuestra propia atmósfera.
La frontera «oficial» del espacio. La atmósfera se divide en capas: troposfera, estratosfera, mesosfera, termosfera y exosfera. Esta última, la exosfera, comienza a unos 700 kilómetros de altura y se fusiona con el viento solar a unos 10.000 kilómetros. Pero sus partículas son tan escasas y están tan dispersas que pueden escapar hacia el espacio.
La frontera «oficial» del espacio es, por convención, la línea de Kármán, situada a 100 kilómetros de altitud. Se considera el punto en el que la aeronáutica tradicional ya no es posible por la falta de aire. Sin embargo, la geocorona, la parte luminosa de la exosfera, es la prueba de que la influencia atmosférica de nuestro planeta llega mucho, mucho más lejos.
Imagen | NASA
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Creíamos que los astronautas de las misiones Apolo dejaron la Tierra. En realidad, no abandonaron del todo la atmósfera
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Matías S. Zavia
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